A Gabi no le gusta pintarse las uñas de los pies
A Gabi no le gusta
pintarse las uñas de los pies. Ni le apetece ni le llama la atención hacerlo. No
le motiva.
Entiende que haya gente
a la que pintarse las uñas de los pies le parezca una experiencia brutalmente
liberadora, pero no es su caso.
A Gabi le parece bien
que cada uno se pinte lo que quiera, que lo enseñe o lo esconda. O que lleve
mejillones si quiere; mientras no la arañen con ellos …
De la misma forma, Gabi
entiende que a nadie le hace daño que ella lleve los pies al natural, sin
limarse ni pedicura. No cree que sea ofensivo ni que impida a la humanidad
seguir su curso.
Gabi agradece la invitación
por parte de sus allegados a experimentar con su cuerpo. También se siente
libre y capaz de decidir qué experiencias quiere vivir y cuáles dejará para
otro momento.
Espera también que la
humanidad la entienda …