lunes, 31 de mayo de 2010

Encantada.

Hola, ¿qué tal? Yo soy Gabi, encantada.
Así que te gusta el baloncesto, qué guai, a mí me encanta, llevo ya 2 temporadas siendo socia del club. Fíjate si tengo afición que incluso voy sola a los partidos, no encontré a nadie que quisiera abonarse y pillarse el asiento por mi zona. Si te mola el basket tú también deberías hacerlo.
¿Que flipas en los conciertos de Rock? Je je, ¿me lo dices o me lo cuentas? Yo también tío, es otra de las cosas que me da la vida. A un módico precio (que tampoco está la cosa pa derrochar), o incluso gratis! En cualquier caso es una buenísima opción para un plan de viernes/sábado noche.
¿Festivales? Sólo he ido a uno, y no fue demasiado auténtico, nada de acampada ni barro. ¿Tú vas al grande este año? Jo, tiene un peazo de cartel eh.
Bueno, yo era Gabi, lo seguiré siendo. Lástima que tú nunca llegases a ser tú.
Encantada de no haberte conocido.

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miércoles, 12 de mayo de 2010

los noruegos no le echan colonia a los niños

Parte de la culpa de mi larga ausencia por estos lares la tiene mi reciente asignación durante casi un mes Oslo, la capital noruega. Es la segunda vez que visito esta bonita tierra, ya estuve allí en febrero durante el más crudo invierno, -21 ºC exactamente cuando aterricé. Durante esta segunda estancia he aprendido un poco del modo de vida noruego, cómo lidiar con las bajas temperaturas y que las horas de luz/oscuridad varían considerablemente dependiendo de la latitud a la que tengas el placer de encontrarte.
Rondaba ya mi última semana allí cuando se agotaron mis existencias de colonia nenuco/johnson/denenes de toda la vida, así que entusiasta me lancé hacia el supermercado más cercano y completo conocido (allí no saben lo que es un Carrefour de 2 Km^2 con TODO lo necesario e innecesario para vivir) en la busca y captura de tal provisión. Después de 4 supermercados, dos farmacias y un intento fallido en una perfumería (que cerraba a las 5 de la tarde) llegué a la conclusión de que los noruegos no le echan colonia a los bebés, ni a los niños, ni incluso los adultos
diariamente, o eso, o la venden en unos establecimientos especializados que no he tenido el placer de conocer.
Esta es la pequeña muestra de lo que os puede pasar en este país si lo visitáis, puedes encontrar mil tipos de yogur en la más cutre de las tiendas de barrio, pero si lo que buscas es algo común en tu España original (sobre todo si está relacionado con la cosmética) más vale que lleves el no por delante.

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