domingo, 25 de julio de 2010

Buda explotó por vergüenza

Ya no me acordaba de cómo era eso de llorar, esa sensación que se tiene cuando algo te agarra el pecho, te arruga la cara, te inunda de sentimientos encontrados como rabia, tristeza e impotencia, y provoca que de tus ojos broten lágrimas inútiles a la vez que inevitables. Lágrimas posiblemente necesarias y deseadas por quien las provoca, aunque sólo sean la manifestación de que aún somos capaces de albergar algún tipo de sentimiento.
‘Buda explotó por vergüenza’ es un documento gráfico desgarrador que muestra parte de la vida hoy día en Afganistán. Digo parte porque si ha sido posible que esas imágenes lleguen a nuestros ojos, cuántas mil y una cosas más escalofriantes aún serán cotidianas y hayan quedado fuera de las cámaras, dios quiera que me equivoque …
Este tipo de relatos llegan a lo más hondo de mi corazón (qué cursi me ha quedado esto), quizá porque muy de cerca he sido testigo de atrocidades del estilo, aunque a una escala menor, aunque no por ello menos importante. Es más, yo diría que es a esa pequeña escala (que está al alcance de nuestra mano) a la que debemos actuar, si es que nos importa que el mundo en que vivimos mejore cada día en lugar de empeorar. A mí también me da vergüenza ver que los jefes españoles cometen injusticias una tras otra con sus empleados más eficientes, y cómo su mala gestión empeora la VIDA y sentimientos de las PERSONAS con las que tienen el privilegio de contar como sus empleados. Y lo que es peor, no poder hacer nada por evitarlo.

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