viernes, 24 de septiembre de 2010

Spoon Vs Spoon

¿Te parece una tontería? A mí me duele sólo de mirar ...

Spoon Vs Spoon

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domingo, 19 de septiembre de 2010

Ojos ...

"Ojos que te vieron go, never te verán come back"
Aclaración: Mis ojos te vieron go, porque te dijeron que te fueras. Y never te verán come back, porque nunca querré que vuelvas. Y no vuelve quien quiere, sino quien puede.

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martes, 14 de septiembre de 2010

El coche.

Aquí, sentada enfrente de un gran árbol, me siento a reflexionar. Después de un paseo reconfortante para mis piernas y regulador de mi mente, me acomodo; y sé que lo que escriba ahora no servirá para evitar mis errores (nunca lo ha hecho), ni para hacerme aprender algo de mí misma, ni para descubrir el remedio contra la ceguera crónica a la par de aguda que padezco. Como mucho podrá servir para calmar mi conciencia, para parar este ritmo frenético de saltos que en una semana ha provocado más vuelcos de los que he podido acumular a duras penas en el último lustro. Servirá para hacer un STOP y mirar a ambos lados de la carretera, incluso el camino que aparece al frente, esperar el momento oportuno, meter primera y salir con la decisión de que no se va a calar el coche, por mucha pendiente que tenga la calle. Podrá servir para todo eso. Ahora, en el futuro cercano. Lo que ni siquiera yo sé es cuándo durará este impulso, cuándo me encontraré con otro cruce peligroso, una incorporación arriesgada o un accidente indeseado. Lo que está claro es que el depósito se irá consumiendo poco a poco, con mayor o menor rapidez pero con decisión, irrevocablemente. Y a menos que para ese momento me haya hecho de un coche solar, me temo que tendré que parar (otra vez) a repostar.

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miércoles, 8 de septiembre de 2010

La ley de murphy.

Esta vez no lo vaticiné (al menos de forma oficial), y como era de esperar los peores augurios se han cumplido. España se ha quedado en cuartos, en última instancia gracias a un tripe tirado allá donde el viento da la vuelta y convertido por un serbio de cuyo nombre no quiero acordarme. El susodicho no había completado ni un partido ni un campeonato especialmente espectacular, pero ha tenido la suficiente fortuna, habilidad, eficacia y calidad como para dejarnos fuera de un manotazo.
Hemos tenido el placer de conocer a una incontestable Serbia que, con una media de edad de 24 años, completa con creces aquello del relevo generacional. Como envidio a su afición … esos jugadores están hechos de otra pasta, son malditas máquinas de hacer baloncesto, desde la defensa más asfixiante, en la cual te ves atrapado y pasar el balón se convierte en una épica prácticamente inalcanzable, hasta un ataque capaz de descolocar una zona y desmantelar tu sistema defensivo con sus ayudas y todo en menos que canta un gallo. Esta es la Serbia que me gusta, la Serbia temida y sanamente odiada por todos los que amamos este deporte, la Serbia que puede hacer temblar a esos norteamericanos prepotentes que creen saberlo todo sobre el basket. Ya les ganó España hace unos años, deseo con todas mis fuerzas que sea nuestro verdugo quien lo haga esta vez.

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