Estimada Clara de Huevo:
Estimada Clara de
Huevo:
Te escribo esta carta
porque no me atrevo a decirte en persona lo que pienso. No sé cómo hacerlo de
forma constructiva, y no quiero hacerte daño … aunque en el fondo creo que lo
que te diré aquí te haría bien, si quieres aceptarlo y entenderlo sin mala
intención.
Creo que te estás
anulando, que te estás quitando el mapa sin querer, que no eres consciente de
las consecuencias que tiene lo que haces. Que te falta tiempo para criticar
cualquier mínima actuación de otros, mientras tus actuaciones son de la misma índole
que las que criticas, pero multiplicadas por mil.
Sé que dentro de un
tiempo estarás en un sitio que no quieres estar, que nunca has querido estar, por
el que has pasado ya más de una vez. Y sé que pedirás que te hubiéramos avisado
antes. Por eso te escribo, para decírtelo sin hablarte.
Y sé que entonces,
cuando el hoyo que tú misma estás cavando sea tan hondo que apenas puedes ver
la luz mirando hacia arriba, volverás llorando, quejándote de que la persona
junto la que has cavado el hoyo te trata mal, que no te entiende, que no
respeta. ¿Te has tratado bien, entendido, escuchado, comprendido, cuidado y
respetado tú en algún momento? Si no lo haces tú … estas duras palabras son las
únicas que me salen decir, por eso no te las digo, porque esto no es
constructivo.
Quizá te diga cómo me
siento yo con las cosas que haces. Quizá. Más pronto que tarde. Para no caer en
el error de provocar el desagradable “te lo dije” que veo venir.
No sé cómo ayudarte. No
sé si te puedo ayudar, ni si debo hacerlo. Si eres tú quien tiene que ver dónde
te estás metiendo, o donde te has metido ya. Como tampoco quiero quedarme
indiferente, porque esto no me es indiferente.
En fin … esto es un
quiero y no puedo, un ni contigo ni sin ti, un si ando duele y si paro
reviento.
Por eso, dejo aquí mis
palabras testigo de mi juicio actual, que no sólo es juicio sino también trata
de ser consejo para una buena amiga a la que no quiero ver sufrir.
Espero equivocarme por
completo y tener que tragarme todo este sermón.
Sin más, me despido
atentamente.
Etiquetas: vivencias