Mujeres Desesperadas (II)

"Hay una plegaria que está hecha para dar fuerzas a personas que se enfrentan a circunstancias que no quieren aceptar. El poder de esa plegaria surge de su conocimiento de la naturaleza humana:
Dios, concédeme la serenidad necesaria para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
(porque muchos de nosotros nos revelamos contra la suerte que nos ha deparado la vida)
el valor para cambiar las cosas que sí puedo cambiar,
(porque muchos de nosotros somos cobardes, y nos da miedo defender lo que está bien)
y la sabiduría para saber distinguirlas.
(porque muchos de nosotros cedemos ante la desesperación cuando nos enfrentamos a una decisión imposible)
Lo bueno para los que pronuncian estas palabras es que Dios les escucha y contestará a sus plegarias, lo malo, es que a veces, la respuesta es no."