Ser socio del CB Granada

Cuando una se hace socia del club de baloncesto de la ciudad donde vive, espera ir cada dos semanas al palacio de deportes y ver dos horas de buen baloncesto. Dos horas donde el equipo local se deja la piel en el parqué mientras el equipo técnico se devana los sesos en el banquillo para vencer al equipo rival.
Los abonados al CB Granada llevamos unas semanas sin experimentar eso. Tuvimos un gran comienzo de temporada, que prolongamos siendo uno de los pocos equipos imbatidos en casa, pero a la irregularidad de los partidos de fuera (véase la lamentable actuación en Gran Canaria) se le ha sumado la ausencia total ambición de victoria en los partidos locales.
Vale que los árbitros no siempre afinan lo suficiente, vale que la suerte no siempre nos sonría, pero de ahí a desperdiciar los últimos 8.8 segundos en una posesión en la que sólo un jugador ha tocado el balón, ha agotado el bote sin siquiera mirar a sus compañeros, no se ha aprovechado de ningún bloqueo y se ha jugado un triple sobre la bocina, hay un techo.
No voy a entrar en más detalle en valoraciones sobre el rendimiento de la plantilla (¿alguien sabe qué le pasa a Curtis?), sobre las rotaciones o sobre si los jugadores se escupen unos a otros en lugar de darse palmaditas en el trasero. Pero algo huele a podrido en el Zaidín … y no son las tapas del ECU.

NOTA: El Zaidín es el barrio donde se ubica el palacio de los deportes de Granada. Y el ECU es uno de los míticos bares de tapas cercanos al palacio (es normal ver colas para pillar mesa) por la abundancia y el tamaño de las mismas.