lunes, 8 de marzo de 2010

Tambourine

Que tus aspiraciones en la vida sean un tanto mediocres tiene sus ventajas, entre otras, que es relativamente fácil alcanzarlas. Yo, sin ir más lejos, la otra noche alcancé y superé todas mis expectativas respecto a uno de los sueños de mi vida. Tocar la pandereta en un concierto de rock.
Estaba yo muy flamenca en primera fila en mi tan querido y visitado planta baja, cuando el cantante de The Movements me ofreció ese instrumento tan sencillo y que tan bien le queda a quien lo porta en el escenario. Un haz de luz iluminó mi cara y el espíritu rockero que gobernaba la sala se apoderó de mis brazos, que de forma automática comenzaron a agitar la pandereta, increíblemente al son de la música y como si yo fuese el sexto miembro de la banda. Qué felicidad.
Ahora tengo que indagar en mi subconsciente para rescatar otra aspiración mediocre que poner en mi punto de mira. No se puede desperdiciar una forma tan fácil de ser feliz!

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2 comments:

Blogger Old.Urobros ha dicho ...

:) Me alegra leer tal cosa.

Bss linda

martes, marzo 09, 2010 9:04:00 a. m.  
Blogger AccentLess ha dicho ...

No solo te dieron una pandereta... te dieron la oportunidad de marcarte un solo panderetil, reventar la pandereta contra los monitores y saltar al publico en una catarsis absoluta...

Hay que seguir siendo feliz...

miércoles, marzo 10, 2010 2:07:00 p. m.  

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