miércoles, 8 de septiembre de 2010

La ley de murphy.

Esta vez no lo vaticiné (al menos de forma oficial), y como era de esperar los peores augurios se han cumplido. España se ha quedado en cuartos, en última instancia gracias a un tripe tirado allá donde el viento da la vuelta y convertido por un serbio de cuyo nombre no quiero acordarme. El susodicho no había completado ni un partido ni un campeonato especialmente espectacular, pero ha tenido la suficiente fortuna, habilidad, eficacia y calidad como para dejarnos fuera de un manotazo.
Hemos tenido el placer de conocer a una incontestable Serbia que, con una media de edad de 24 años, completa con creces aquello del relevo generacional. Como envidio a su afición … esos jugadores están hechos de otra pasta, son malditas máquinas de hacer baloncesto, desde la defensa más asfixiante, en la cual te ves atrapado y pasar el balón se convierte en una épica prácticamente inalcanzable, hasta un ataque capaz de descolocar una zona y desmantelar tu sistema defensivo con sus ayudas y todo en menos que canta un gallo. Esta es la Serbia que me gusta, la Serbia temida y sanamente odiada por todos los que amamos este deporte, la Serbia que puede hacer temblar a esos norteamericanos prepotentes que creen saberlo todo sobre el basket. Ya les ganó España hace unos años, deseo con todas mis fuerzas que sea nuestro verdugo quien lo haga esta vez.

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1 comments:

Blogger perla ha dicho ...

Miento! tal y como ha quedado el cuadro, preferiría que Lituania se los comiera en semis, ver una final Serbia - Lituania puede ser maravilloso ...

viernes, septiembre 10, 2010 5:37:00 p. m.  

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