miércoles, 3 de julio de 2013

S/he



Hace una semana estuve en un curso que mi empresa me regaló para hacer buenas presentaciones en público. Estábamos varios compañeros de España y otros tantos de Suiza. Estos últimos, gente con muchos años de experiencia y puestos de jefe de proyecto.

Hasta aquí todo normal. Hubo uno de ellos presentaba el presupuesto para el año 2014 del programa de e-learnings. Contenía esta frase al final de una diapositiva:

Every employee is responsible for his training plan.

Después de la presentación hacíamos ronda para dar nuestra opinión. Dado que en esta línea comunicaba algo que no estaba incluido en el presupuesto, le sugerí que la resaltara de alguna para que fuese más fácil a la audiencia identificarla. Y también le comenté que me parecía muy mal que pusiera ese “his”, porque, aunque la mayoría de personas en el departamento son hombres, también hay mujeres. Yo, personalmente, siento que esa frase no me afecta ya que se ha excluido expresamente al género femenino de esa frase.

Tal fue mi sorpresa al contemplar como el ponente no sólo no estaba de acuerdo conmigo, sino que además lo que yo le decía le parecía totalmente desmesurado. ¿Cómo vas a incluir otras tres letras más (la h, e, y r en este caso, más el sigo de separación) para especificar que eso se aplica a “ellos” y “ellas”?  me dijo. Y no sólo él, sus otros dos colegas le apoyaban con comentarios como Es mucho más simple poner siempre “he”, “his” o “him”, sin mostrar ni el más mínimo interés o preocupación por la explícita exclusión de las mujeres, o la explícita predilección por los hombres, como quiera verse.

Yo puedo entender sus razones prácticas, somos ingenieros y nos gusta reducir todo al máximo. Pero también entiendo que somos personas que conocemos un lenguaje y tenemos recursos para utilizarlo de forma que no excluyamos a nadie. A este jefe de proyecto eso le pareció demasiado trabajo. Hasta que se me hinchó la vena de la frente y le dije Peter, listen, you exist because a woman gave you birth. At least you can show some respect.

Desde ese momento en adelante, cada vez que pronuncia algún pronombre masculino, inmediatamente dice el femenino después, junto con una gota de sudor en su cara y un tembleque de manos que me provocan una ligera sonrisa.

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