lunes, 21 de marzo de 2016

Cómo te lo digo …

Cocinas mal. No sólo creo que sea que a mí personalmente no me guste tu comida. Es que no cocinas bien.
Los buñuelos han de ser crujientes, de forma que cuando se muerden, los dientes rompan su superficie y sientan después el tierno interior. Los buñuelos que tú haces, son blandengues por fuera, nunca los sirves calientes ni les echas azúcar por encima, saben como a “hechos de ayer” y su textura interior podría servir como definición para un nuevo sustantivo castellano: chiclosez.
La calidad es importante. No es lo mismo servir jamón de jabugo al corte, que los tacos “desperdicio” que mercadona pone en envases de plástico. Y sí, se nota al paladar, no basta con servirlo en un plato bonito. Lo mismo la cerveza. Deberías saber que soy capaz de distinguir una alhambra de cualquier otra marca a varios metros de distancia. Y no, esta carencia no se suple con buena compañía.

Sé que no lo haces a propósito … pero me alucina (vecina) que ni siquiera te plantees si lo que cocinas gusta a los comensales o no. Parece que no hayas conversado de cocina nunca con nadie … o que no hayas visto ningún programa de cocina en televisión (con lo que proliferan). Sencillamente das por hecho que todo está bien, todo bien. Lastimica le tengo a quien tenga que comer tu comida diariamente … desde luego no voy a ser yo, ni quien la coma, ni quien te diga la cruda realidad.

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