Me da miedo el mar
Me da miedo el mar. Dicen
que la masa de agua representa los sentimientos. Un ente libre, que se balancea
según el viento y las corrientes internas. Que se rompe cuando choca con sus
fronteras.
¿Has estado alguna vez
sentado un poco más atrás de la orilla, donde en un ángulo de 180º delante de
ti todo es agua? Veo cómo partes del líquido se unen para formar las olas, que
se mueven como si fuesen brazos del mar. Así, a lo lejos, se va juntando agua
que sobresale un poco del resto, se une tomando fuerza, hasta que alcanza su
altura máxima, y se desplaza, cada ola a su velocidad, poco a poco. Hoy he
estado cerca de un espigón donde las olas se rompían en uno de sus laterales al
rozar con él, y así iban perdiendo fuerza hasta que al llegar a la orilla sólo
quedaba un viejo recuerdo de ellas. Y sólo unos metros a un lado, las olas se
estrellaban con las piedras artificiales que han puesto para parar la fuerza
que vienen arrastrando desde que se engendraron mar adentro.
Esta forma que tienen las
olas de crearse, desplazarse y romper, me recuerda mucho a la forma que los
sentimientos y emociones más puras tienen de crearse, desarrollarse y explotar
en mi cuerpo. Todo comienza con una ondulación que se origina en un lugar muy
profundo. Noto que algo sobresale de su posición habitual. Después, esta
ondulación va aumentando de intensidad y se va desplazando desde el origen
hacia las extremidades, hasta que llega a la garganta, los ojos, las manos o
las piernas. Y explota. Y suelta espuma. A veces, cuando dejo que la ola me
inunde y me lleve su corriente, estas emociones y sentimientos volvieran de
nuevo a la masa que las originó con el mismo sigilo que el agua vuelve al mar
después de tocar la orilla.
Etiquetas: vivencias
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