La paz de las cosas salvajes
Cuando la angustia por el mundo crece en mí
y despierto en la noche con el menor sonido,
preocupado por qué será de mi vida y de las vidas de mis hijos,
voy y me acuesto allí donde el pato mandarín
descansa en su belleza sobre el agua y la garza real se alimenta.
Entro en la paz de las cosas salvajes,
que no cargan sus vidas con la anticipación del lamento.
Entro en la presencia de las aguas tranquilas,
y siento sobre mi cabeza a las estrellas invisibles al día,
que están esperando su luz.
Por un momento, descanso en la gracia del mundo, y soy libre.
The pace of Wild Things, by Wendell Berry, translated by Andres Martin Asuero
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