sábado, 16 de diciembre de 2006

¿Quién, cuándo y cómo quiere un lugar más allá?

Nadie duda que la muerte de Pinochet ha sido uno de los acontecimientos del año. No voy a entrar en política, ni en lo que hizo o dejó de hacer, ni él ni sus seguidores, o en lo que le hicieron o dejaron de hacer a él y sus seguidores. Pero ha habido algo que me ha llamado la atención.

La mayoría de gente que conozco (de entre 20 y 30 años) dice no creer en la vida eterna o como queramos llamar a lo que hay más allá de la muerte. A prácticamente ninguno parece preocuparle este aspecto. Pero cuando Pinochet la ha palmado sin ser juzgado y sin cumplir condena por los crímenes que se le atribuyen, a muchos les ha faltado tiempo para implorar la existencia de un lugar más allá de la muerte en el que Pinochet (o su alma, supongo) pueda pagar por todos sus pecados cometidos. Si el chileno se hacía conocer como católico hasta los huesos, con su muerte quizá haya conseguido que muchos de sus opositores comiencen a tener fe, si no en dios, en la existencia del infierno.

Curioso,
para mí, cuanto menos.

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4 comments:

Anonymous Anónimo ha dicho ...

tema... demasiado... intimo...
diria yo...
para hacer comentario al respecto
:(

ea.. que el siguiente.. suelte algo...

domingo, diciembre 17, 2006 6:56:00 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho ...

venga, que voy. la existencia del infierno (en la q no creo, sí en la del cielo o algo parecido) es demasiado cruel... pero si existe, q Pinochet arda en el infierno.

un poco.
-CK

domingo, diciembre 17, 2006 9:26:00 p. m.  
Blogger Buen Salvaje ha dicho ...

Yo, personalmente, soy agnóstico y he sido uno de los que ha dicho algo así en el post que le dediqué a ese hijo de puta.
No es que quiera que existan el cielo e infierno tal y como la biblia lo describe, no es que vaya a empezar a profesar la fe cristiana, era más bien una exhortación universal, genérica, a que en algún sitio, ese hombre pudiera pagar por todo lo que hizo. No sé, algún Garzón Cósmico que mantuviera torturada su esencia, alma o la mierda que tenga en su lugar.
En fin, que me da igual quien lo hiciera, llámalo Alah, Dios, Monstruo Espaguetti Volador o Alanis Morrisette. Ahora, si hay que creer en el señor Dios ese, para que ese despojo cumpla por cada uno de los sufrimientos de que ha sido responsable, yo, creo. Eso sí, a mí que me den garantías como un código de legislación cósmico-divina, o algo.

domingo, diciembre 17, 2006 10:47:00 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho ...

Se lo están comiendo los gusanos. Al final, es lo que nos pasa a todos, hayamos sido como hayamos sido. Sólo tenemos esa certeza.

lunes, diciembre 18, 2006 8:21:00 a. m.  

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