I

"Gabrielle llegó pronto a casa, la función de teatro terminó antes de lo esperado, y a diferencia de otras veces, no surgió plan alternativo. Mientras se preparaba para acostarse, cayó en la cuenta de que ese proceso de desmaquillarse, quitarse la ropa de calle, era una de las acciones más rutinarias que llevaba a cabo, pero en la que menos reparo ponía. Podria ser lo menos divertido y cambiante del día, pero era la función en la que ella misma era el único centro de atención. No necesitaba a nadie para verse guapa y hacerse elogios, para sentirse importante dentro de su cuarto de baño, del que salía con una grande y sincera sonrisa en la cara y un alegre y envidiable brillo en los ojos.

Pero cuando se metió en la cama, se rodeó de sus sábanas y continuó con la lectura de su novela, no pudo evitar hundirse en la más profunda de las miserias. La realidad superaba cualquier sentimiento efímero de superioridad o de simple reconocimiento individual.

Estaba sola esa noche, como estuvo sola la noche anterior, y como estaría sola la noche siguiente.

Sola.

Y a diferencia de las marcas de expresión o los manchurrones de rimel, eso no encontraba solución dentro del cuarto de baño."

Feliz Domingo.