Ya se va Mayo, florido ...

Mañana es el último día de este mes de Mayo lleno de contradicciones.
En mi tradición puebleril, Mayo comienza con un cántico popular a las mozas (niñas/chicas/mujeres aún sin casar), una oda a la hermosura de la juventud y a las flores que adornan este mes. El día 3 tenemos el homenaje a la cruz, símbolo de nuestra herencia cristiana, homenaje acompañado de su ración de fiesta popular. Justo en la mitad tenemos la festividad de San Isidro, patrón de Madrid pero también de los agricultores, profesión de la que provengo.
Dejando a un lado estos acontecimientos, Mayo es un mes que siempre me produce malestar, no me encuentro, el calor me sofoca, los días se me hacen eternos, y deseo a toda costa que esta fase de transición entre el fresquito (este año no tanto) al calorín que nos torturará desde dentro de poco hasta octubre termine, y pueda volver a la "normalidad" de otra época más o menos estable.

Por fin, Mayo toca su fin. Y con el piquito de oro que dios me ha dado, seguro que su último día no pasará inadvertido.