sábado, 13 de marzo de 2010

Érase una vez

Érase una vez una niña que soñaba con tener un certificado oficial que diese fe sobre su nivel de inglés. Esa niña decidió apuntarse a una academia esperanzada en conseguir una beca que ninguna vez había sido denegada a ningún candidato, hasta entonces.
A decir verdad la niña no prestaba demasiada atención a las clases y a los deberes, no le descubrían gran cosa, y no terminaba de dar la importancia que se merecía a esa inversión a medio plazo que supondría una pérdida de tiempo, esfuerzo y dinero si finalmente fracasaba.
Pasaban los días y la niña no estudiaba, no practicaba, no avanzaba, pero esto no parecía preocuparle, supongo que no tendría verdadera conciencia del toro al que finalmente se enfrentaría.
Hasta que dos semanas antes del examen le entró el agobio e intentó recuperar el tiempo perdido, a base de engullir sin masticar todo el material que había recopilado para su supuesta larga, medida y planificada preparación.
No hace falta que comente los resultados. Como tampoco hace falta que detalle el cansancio que la niña acusó la semana de las pruebas, ni tampoco es necesario resaltar que éstas fueron pasando sin pena ni gloria, desde la primera hasta la penúltima. La última fue la guinda de ese pastel amargo y rancio que con sumo descuido había estado cocinando durante los últimos seis meses.

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1 comments:

Blogger CevO ha dicho ...

Now you know the meaning of 'I told you so....'!

viernes, abril 30, 2010 6:45:00 p. m.  

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