miércoles, 23 de febrero de 2011

Un buen día, Práctica 2.


Esta es la segunda práctica del taller. El profe nos pidió que relatáramos lo que nos había pasado ese día. Yo primero me limité a enunciar los actos que sigo cada día. El profe me dijo que debería contar lo que me había pasado a mí desde dentro ... y ha salido esto. Lo he titulado un buen día en recuerdo a la canción de los planetas. Pongo el warning porque me da apuro soltar tal retaíla de líneas sin avisar.

Estoy tan acostumbrada al sonido de mi móvil despertador que ya ni siquiera me molesta. Se ha convertido en la sintonía que anuncia un nuevo día. El toque de corneta programado que me permite dormir tranquilamente porque sé que una máquina se hará cargo de que no llegue tarde a mis citas.

La meticulosidad y el nivel de detalle con el que conozco y cumplo mi rutina matutina son tan lamentablemente extremos que asustan. Todos y cada uno de los días de mi vida en que tengo que ir a trabajar repito la misma secuencia de actos, en el mismo orden, uno tras otro, sin apenas variación, en una recreación de ‘El día de la marmota’ que dejaría sin aliento al mismísimo director de la peli o escritor del libro. Tengo que darle las gracias a la ingeniería que estudié que, además de ser mi medio actual de vida, me ha enseñado a optimizar los recursos de que dispongo, entre ellos el tiempo. Tras un estudio y pruebas previos, he encontrado la sucesión ordenada que permite condensar al máximo en el tiempo todas las actividades necesarias cualquier día de trabajo y además completarlas exitosamente.

El día real comienza cuando salgo de casa. Entonces permito que el azar tome parte del juego. Esta mañana me he encontrado con mi vecina en el ascensor. Es una niña de unos 13 años, de pelo muy largo y delgada. Es la niña que me hubiera gustado ser. Realmente no puedo saber qué niña fui, porque nunca me vi desde fuera, y tampoco sé si me encontraría a gusto siendo esa niña. Mi vecina es espontánea, sigue mis conversaciones sin ningún tipo de miedo o reparo, no se siente cohibida de hablar con un mayor. Y sé que me considera un mayor porque me habla de usted cuando conversamos. Tiene la frescura e inocencia propias de su edad, y aún así parece totalmente consciente de los peligros que entraña el mundo. Sencillamente los afronta con naturalidad. La he visto otras veces pasear a su perro Lucas, y no deja de parecerme curioso que su mascota tenga nombre de persona. Adoro el hecho de que no se ría ni me siga la broma cuando los despido diciendo “Hasta luego Lucas”. Probablemente sea demasiado joven para conocer porqué esa expresión se hizo famosa. Quiero verme reflejada en esa niña que es suficientemente responsable como para hacerse cargo del animal, con un toque de imperfección que le permite llegar un día tarde a clase, desprovista de miedo escénico que potencialmente le impediría seguir sus instintos. Veo a mi vecina y quiero aprender de ella, de cómo afronta un día más lleno de retos, responsabilidades y algún ratillo de asueto. Necesito hacerlo porque yo ya no encuentro a esa niña que algún día fui. Ha desaparecido como el humo del tabaco en los bares españoles.

Suspiro resignada y salgo del ascensor. Fuera el suelo está mojado, ha estado lloviendo toda la noche. Me gusta que llueva, siempre me ha gustado oler a tierra mojada y pisar charcos por la calle. El agua es el elemento purificador por naturaleza, el que cada día utilizamos en nuestro aseo diario y el que nos riega por dentro. A algunos les falta tiempo y vergüenza para quejarse cuando llueve, porque tienen que aprovisionarse de un paraguas cuando salen a la calle. Es un gran incordio dicen. Para mí es un alivio que la madre naturaleza cuente con su propio mecanismo de autolimipieza. Caprichoso, eso sí, pero efectivo y regular al fin y al cabo. Ya me gustaría a mí poder decir lo mismo. Me siento tan contaminada por la rutina diaria que no sé por dónde empezar a limpiar.

Gracias a los hados, hay personas en este mundo habilidosas de alegrar a los demás, con mente despierta e inquietudes insatisfechas por definición, siempre hambrientos de experiencias que disfrutan tanto ellos mismos como compartiéndolas con las demás. Qué sería de mí sin la radio, sin la música y sin aquellos que me ayudan a descubrir nuevos sonidos que me acompañan en mi rutinaria vida …

… y qué sería de mí sin el trabajo que me gusta. Seguramente sea a mi jefe al que debiera decirle esto, y seguramente cambie de opinión el día de la revisión salarial, pero me gusta mi trabajo. Un lugar donde puedo permitirme el lujo de poner en práctica lo que aprendí cuando podía decidir qué aprender, rodeada de gente que en la mayoría de los casos me hace mejor persona, o en caso contrario me avispa y cabrea contra y con la maldad del mundo, ambas cosas a la vez.

Cuando el día se acaba llego a mi cuarto, el mismo sitio del que salí hace unas horas, y allí me espera mi agenda sin rellenar, mis libros sin leer, mi ropa de hacer footing limpia en la silla, mis cuadernos preciosos pero vacíos, mi estuche lleno de bolis que adoro y que se echarán a perder por no usarlos, mi mesa desordenada llena de papeles, y a un lado mi estantería impoluta, la que compré hace meeeses y que llené con mis enseres perfectamente ordenados, dejando hueco para futuros que no he llegado a rellenar, ni a plantearme con qué rellenar. Las fotos de un tiempo atrás que tampoco renuevo. Lo único que ha cambiado en los últimos 3 años ha sido el calendario, y porque si no lo actualizo no sabría en qué día vivo.

Después de contemplar los desastrosos restos de mi rutina inacabada, pongo fin a este capítulo/fascículo del coleccionable de los días de mi vida. Me adentro en el siempre imprevisible mundo de los sueños. El tacto suave y frío de las sábanas me convence para dejarme llevar por ellas, para dejarme sorprender por lo que esta noche pueda pasar. Me relajo, me abandono a los mundos de Morfeo (“pongo a media asta mis párpados en su memoria”) y ni siquiera caigo en la cuenta de que … mañana será otro día.

Etiquetas:

2 comments:

Blogger Old.Urobros ha dicho ...

Sehr gut! ;) Me ha gustado mucho más que el otro. En verdad te lo digo.

Me gusta eso de que haya material nuevo cada poco.

Saluditos.

jueves, febrero 24, 2011 8:31:00 a. m.  
Blogger Sun ha dicho ...

Fascinante...

domingo, marzo 06, 2011 7:42:00 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home