Diálogo figurado.

- ¿Que te perdone? ¿Por qué?

- Verás, durante este último año no te he dado el trato que debía. Durante mucho tiempo sólo hablaba contigo cuando la obligación así lo dictaba, y aún entonces intentaba evitarla por todos los medios. No te he tratado como trataba a los demás, desde luego. Te aparté de mi horizonte cuando te había prometido que no lo haría.

- Sí … pero, ¿te das cuenta de eso ahora?

- Bueno, igual hace tiempo que me di cuenta pero no he tenido valor para manifestarlo. No sé explicarte por qué, pero ahora vuelvo a sentirme cómodo hablando contigo, incluso tengo ganas de contarte cosas. Hace unos meses te saludaba por cortesía …

- Sí, de eso yo también me he dado cuenta. En las últimas semanas he vuelto a tener la misma relación contigo que teníamos hace un año. Y me pregunto qué es lo que te ha hecho cambiar. Yo diría que me sigo comportando igual, pero claro, yo no soy un buen observador para mí … Es posible de que el hecho de que yo misma me haya asentado y asumido la situación haga que tú también te sientas más tranquilo conmigo. Está claro que hace unos meses no era así. A lo mejor te he transmitido la tensión que tenía en mi interior. O la rabia, o la impotencia, o la inseguridad que da el fracaso.

- Pse, no sé … pueden ser muchas cosas. Sólo quería decirte que lo siento. No era mi intención, aunque tampoco me salía hacer otra cosa.

- En esto último coincidimos.

-