Ni idea de donde ha salido esto.

-          Hola.

-          Hola. Ya nos conocemos, ¿verdad?

-          Claro, por eso te he saludado.

-          Evidente … pero, aunque te conozco y sé que me conoces, no sé qué decirte. Aunque sé que podríamos sentarnos juntos horas …

-          Sep. Entonces siéntate. Por horas.

-          Estoy de acuerdo. Supongo que lo que quiera decirte saldrá; y lo que no, se esconderá. Y lo que no sabía que quería decirte saldrá también. Y lo que pensaba que quería decirte se me quedará en los labios sin salir. Y me sorprenderás con algo que yo no esperaba. Y sin darme cuenta serás parte de mí. Y sin que te des cuenta seré parte de tí.

-          Posiblemente … pero aún es pronto para decirlo.

-          Pues ya lo he dicho.

-          Entonces también me dirás más cosas que no debes.

-          Igual que tú.