Espera
Me dijiste
que no tuviera miedo …
y yo me abrí
…
justo antes
de que cayera el rayo.
Y ahora me
parto lentamente
y no puedo
parar de llorar.
La herida
invisible como el parche de la bici
no descansa,
ni se cura, ni cesa de zancadillear
mi inestable
estabilidad.
No esperaba
que no esperaras a esperarme.
Yo esperaba
poder esperar algo más,
hasta que la
espera se tornase eterna.
Pero supongo
que esperar lo inesperado
no es algo
que se pueda esperar.
Así que sin
esperar nada, ahora
espero poder
esperar otro
acontecimiento
inesperado. Y el que
espera,
desespera, como todo el
mundo
espera.
Así que sin
miedo dejo caer
los planos
de la casa que no se comenzó,
para la que
ya había comprado
una cálida
lámpara, y
cuya luz
nunca prenderá.
Etiquetas: cagadas, idas y vueltas, vivencias
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