martes, 9 de abril de 2013

Espera



Me dijiste que no tuviera miedo …

y yo me abrí …

justo antes de que cayera el rayo.

Y ahora me parto lentamente

y no puedo parar de llorar.

La herida invisible como el parche de la bici

no descansa, ni se cura, ni cesa de zancadillear

mi inestable estabilidad.

No esperaba que no esperaras a esperarme.

Yo esperaba poder esperar algo más,

hasta que la espera se tornase eterna.

Pero supongo que esperar lo inesperado

no es algo que se pueda esperar.

Así que sin esperar nada, ahora

espero poder esperar otro

acontecimiento inesperado. Y el que

espera, desespera, como todo el

mundo espera.

Así que sin miedo dejo caer

los planos de la casa que no se comenzó,

para la que ya había comprado

una cálida lámpara, y

cuya luz nunca prenderá.

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