lunes, 23 de mayo de 2016

Parón

A veces, paro el tiempo en mi vida. Si me lo puedo permitir, dejo de trabajar, me hospedo en un lugar diferente al de mi vivienda habitual. Reduzco mis actividades vitales al mínimo: apenas leo y escribo, descanso mucho, pienso sin objetivo que alcanzar, veo capítulos de series que casi me sé de memoria, para revivir lo que en su día me aportaron. Es entonces cuando me doy cuenta de que los días tienen 24 horas, y pueden ser muy largos. Durante estos días, vacío mi mente, aminoro mi ritmo de vida, y la miro desde otro punto de vista, desde el punto de vista de los que han tenido a bien hospedarme. Esta es la necesidad de estar serena, calmada, tranquila, necesidad de estar viva sin vivir. Estos días no corren en el calendario, son un paréntesis en el que no hay output, ni deliverable, ni nada en curso. Es un parón, con fecha de comienzo y de fin, así planteado desde antes de comenzar.
Hoy el parón ha llegado a su fin. Vuelta al tajo.

Feliz semana.

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