sábado, 12 de mayo de 2007

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Cuando algo no merece la pena, sencillamente se deshecha. Es lo que se ha hecho siempre y lo que se debe hacer en el futuro, es la forma más eficiente de tratar las cosas. Y a veces funciona.

Quizá sea porque hay personas que nacen con estrella y personas que nacen estrelladas, o porque realmente existe eso del destino y lo que va a acontecer a los seres humanos está atado y bien atado antes incluso de que nazcan. O porque existe el ‘karma’ y todo lo bueno que haces vuelve ¿a ti?, y todo lo malo también. O simplemente porque el planteamiento no está bien hecho. O porque los resultados no se cuentan con números. Pero ese “a veces” me parece muy determinista. También puede ser simple y sencilla envidia, porque lo único bueno que existe es el requisito para poder hacer el resto de valoraciones, si no existiera eso único bueno, tampoco existirían el resto de preguntas. Y si eso no fuese bueno, cualquier atisbo de sentido o razón de ser se esfumaría hasta desaparecer por completo. Quizá así, al dejar todo de tener sentido sería más fácil desecharlo. Quizá es sólo una excusa barata para no decidir desechar aquello que no merece la pena. Mientras la espiral autodestructiva vuelve a planear sobre la cabeza …

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