Problemas (III)

Después de todo este masticar los alfileres que pinchan las muelas, tratar de enjugar con saliva lo que sólo podría ablandarse en una fundición, y pasado el tiempo de latencia que todo proceso lleva asociado, Gabi bajó de limbo de los sueños rotos para hundir las manos en la tierra donde su cuerpo habita, revolcar en ella sus muñecas, desmenuzarla, dejar que se deslice entre sus dedos …
La tierra sigue desprendiendo ese hedor insoportable de hace días, y muy probablemente seguirá desprendiéndolo. Probablemente Gabi no tratará de encontrar la forma de tapar ese hedor, ni buscará partículas que huelan bien, si es que existen. Éstas aparecerán por sí solas en el mejor de los casos ...

Hay algo más fácil y sencillo (probablemente menos satisfactorio) que un profesor de VIDA ha enseñado a Gabi.

Jugar con la tierra.

PD: Maximus, este vídeo es un guiño hacia tus siempre bienvenidos comentarios.

Problemas (II)

Ya no calmaba la filosofía barata que reza que hay que tener una actitud optimista ante la vida, tratar de encontrar la parte positiva en la adversidad, plantearse unas metas y luchar por ellas. Todo eso no valía para nada porque la actitud optimista no se mantenía en pie, la parte positiva de la adversidad era irrisoria y las metas se habían difuminado en el ambiente.

Problemas (I)

Gabi no solía tener problemas. Siempre trataba de resolverlos con la mayor celeridad posible, incluso antes de que apareciesen. Estaba convencida de que los problemas le impedían ser feliz y por eso empleaba grandes esfuerzos en quitárselos del medio.

Hasta que se encontró con un problema para el que no estaba capacitada resolver.

‘Esta ciudad apesta. Este país apesta. Este mundo desprende un hedor insoportable’.

De ciudad … podía cambiar con relativa facilidad si se lo planteaba.

Mudarse a otro país era algo más complicado, llevaría más tiempo, pero tampoco era del todo imposible.

Lo del mundo … por el momento no tenía solución. Los avances en el conocimientos de otros planetas no daban para tanto.

Esto es un timo y no el de la estampita.

Emplear dos horas de mi vida cada miércoles después de cenar frente al televisor sintonizando Antena 3 durante meses, haber visto todos los resumenes de temporadas en la web, todos los archivos secretos, soportar esos capítulos interminables en los que apenas se resolvía una millonésima parte del misterio y sin embargo se enredaba exponencialmente, ... todo, por supuesto, de forma desinteresada y sin pedir nada a cambio ... todo esto merecía algo más que el pobre pobrísimo supuesto desenlace de El Internado que ayer me dejó con la boca abierta y la intriga insatisfecha.

Yo que pensaba que una serie española podía hacerme sentir orgullosa de mi país ...

Idiocracia.

¿Quieres tener hijos? ¿Realmente vas a tenerlos algún día? ¿Has pensado cómo será el mundo en que tus hijos (o no-hijos) vivirán dentro de unos años? ¿Y los hijos de tus hijos dentro de unos cientos de años? Si estás leyendo esto me permito suponer que tienes cierto nivel cultural, ya que estás utilizando tu cerebro voluntariamente y ocupando parte de tu tiempo libre (o del curro) en esta actividad que la RAE define como Pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados, entre otros significados.
¿Nunca te ha dado por pensar cómo se comportará la selección natural con los seres humanos? ¿Quiénes somos considerados los más fuertes y que deben continuar la especie?
¿No tienes tiempo ni ganas para tal ejercicio de imaginación? ¿El nivel cultural del que presumiblemente disfrutas sólo sirve para presumir? (Esta última pregunta es una broma fácil)
¡No te preocupes, tenemos la solución!
En Idiocracia podrás encontrar desde el rincón más cómodo de tu sofá las respuestas a todas estas preguntas. Por sólo hora y media de tu tiempo conseguirás albergar tanta sabiduría como años de evolución humana darán lugar a la sociedad que en este filme se refleja. Es mi consejo para desintoxicarse después de las dos semanas más comerciales y sin sentido por año en esta sociedad de la que formamos parte, aunque no nos guste demasiado.
Feliz Domingo!