Mártoles.
Me despierto
cuando todos duermen y el silencio suena. Cuando nadie repara en qué hora es,
en el momento en el que eso no importa a nadie. Cada uno inmerso en sus más
profundos miedos y aventuras. Liberado de toda obligación, agradecidas las
personas de poder por unas horas dejar de existir.
Mientras tanto
yo revivo, reivindico mi existencia doblando la ropa. Utilizo la tecnología
para suplantar las horas de vida en que trapaceo a gusto. Por el momento,
subsisto.
Hasta que el
segundero me recuerda que yo también tengo miedos y aventuras por vivir. Que la
ropa se dobla para ponérsela uno después, y que la obligación debe ser pura
trapacería que disfrutar.
Feliz Mártoles.
Etiquetas: idas y vueltas, intentos, vivencias
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